jueves, 31 de agosto de 2017

A tu boca


A tu boca, cielo mío, yo le rezo todos los días
hincado, sentado o acostado, le pido milagros:
que nunca me falte tu palabra
que tu lengua no se marchite
que el aire nunca te huya
que el beso jamás termine.

Cuando te veo dormida, florecita de campo,
el valor se hace insomnio y te recito
los miedos que me atormentan
los deseos que desaparecen
las utopías segregadas
los sueños de mi ayer.

A tu sexo, húmedo y tibio, yo le ruego en la noche,
le beso sediento cual naufrago citadino
lo acaricio sin vergüenza
lo veo directo y me despejo
lo pienso entre nubes sin complejo
me rindo desnudo ante él.

Te leo en los rincones de este lóbrego cuarto
no hay reflexión, hay añoranzas
de evitar un futuro violento
de mirar tu cuerpo en la mañana
de acariciar tu espalda curva
de crear el amor todos los días.

¡Todos los putos días!

3 comentarios:

  1. Excelente creo que se ha perdido mucho leer y apreciar los sentimientos plasmados en estas letras que te hacen conectar el corazón y alma.

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