jueves, 6 de abril de 2017

En el desorden
















En el desorden 
Cuando uno mira atrás
medita su vida un poco. Reflexiona.
Advierte un profuso desorden en su vida.
El desorden reina.
Con aires de dictadura. Violento.
En la vida, en el cuarto, la escuela, el trabajo.
Morimos viviendo
rápido, lento; nos destruimos con dulzura.
Lloramos mares de sonrisas, reímos desiertos de lágrimas.
Amamos al azar de los índices.
Odiamos en las botellas, los abrazos, la humildad.
Tememos en la luz que eyectan los faros de la salvación.
El desorden vive para ordenar
nuestros pasos, decisiones, juicios, castigos.
Motivos y letras y personas, llegan con un singular algoritmo.
A veces uno llega para despedirse.
Se inicia al revés, sexo-amor, cama-café, tú-yo.
Todo no sale mal, de repente algo bien sucede en el desorden.
Bebemos copas vacías.  
Perdemos para ganar, recibimos para perder.
Las esferas rotas indican la navidad, la soledad es tú presencia.
La sombra es lo primero.
Más tienen los que menos deben tener.
Y el que tiene menos gasta más de lo que puede pagar.
El adiós es bienvenida.
Se ama más cuando menos se debe hacer.
Y siempre se ama menos cuando más se debe amar.
Cama distendida/pesadilla revuelta.
El guisado primero, después el postre, al final la sopa.
Estudiar al final, tarea al final, responsabilidad al final. Vicio primero.
La luna se cierra al abrir el sol.
El día se acaba cuando comienza y la flor se entumece.
Dormimos corriendo. Vivimos soñando. Corriendo soñamos. Vivimos dormidos.
Pero así nos gusta ir
y venir, regresar,
huir, acabar,
comenzar y volver a ir.
En desorden
                        la vida siempre
siempre
                                                                                     es mejor,
en Des
Orden.



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